Nunca había sido capaz de derramar ni una lagrima por tí, a pesar de que lo había deseado y necesitado, había sentido como las lagrimas me circulaban por dentro como si no encontrasen el camino por el que salir, estaban perdidas, pero estaban y no había manera, no salían. Y ahora no se si estoy llorando por que por fin he hecho lo que debería haber hecho hace mucho tiempo, o si lloro porque lo he hecho por tí, por la necesidad que siento de no engañarte, o si porque me asusta darme cuenta de que te quiero, y de que por ti soy capaz de hacer cualquier cosa, cosas que no se me habían ocurrido hacer antes por nadie, probablemente sean ambas cosas y que también me asuste el hecho de que a lo mejor tu no vas a hacer esas cosas por mí.
Siempre creí que nunca cambiaría, que sería siempre así. Me asusta saber que no quiero estar con nadie más que no seas tu, me asusta lo mucho que me va a doler que desaparezcas.
martes, 7 de diciembre de 2010
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